Repartes felicidad y las sonrisas afloran por doquier arropadas por la luz de las hadas.
Irradias esa paz floreciente de espíritu que te permite ser tú misma, rebosar luz y defender este estado bendito como tu bandera. Has conseguido disfrutar de tu merecido espacio gracias a tu concienzudo trabajo interior.
Destilas entusiasmo renovado y sabes que la vida está cuidando de ti y no dudes en que va a seguir haciéndolo. Por eso endulzas tus instantes y los adobas con tu salsa de emociones dulzonas y equilibradas. Empléalas con aquellos que se funden en tu luz.
El momento te ofrece bendiciones y sabes que cuanto más ecuánime seas, más sabiduría y neutralidad adquirirás.
Escuchas el lloro de un niño y tú en tu mente lo transformas en sonrisa para que el niño se calme. Las buenas madres siguen dando ejemplo de su vocación a tu alrededor para demostrarte que en el mundo quedan personas que saben cuidar de ángeles. Has aceptado que tus papás no te cuidaron con el mimo que hubieras precisado entonces, pero los vas perdonando y visualizando que están bien a pesar de seguir lejos porque ya has aprendido a quererte por encima de todo y a permitir que el respeto se instale en tu vida. Aceptas que no todo es como hubieras deseado y esa aceptación disuelve hilos de karma y vínculos dañinos.No pierdas la fe en la familia, por eso llevamos a tu existencia familias amorosas, existen y están ahí.
El cantar de los pájaros te conecta más a la autenticidad de tu alma, mientras tus alas mentales se elevan en pos de tu misión.
Desde el reino de la meditación esencial te animamos a que sigas en tu grupo meditativo a distancia en favor del planeta Tierra, irradiando luz allá donde más necesaria es.
Tu madre Tierra te sonríe y te envía buenos momentos en los que tú, su hija, recibes su cariño con los brazos abiertos. Tus manos rebosan amor y ya van estando más preparadas para adquirir tu magia canalizada a través de la energía y del susurro élfico que late en ti.
Tu estado mental tiene el poder de calmar tu alrededor y de permitir que lo negativo simplemente pase de largo o pase a través de ti, como un ruido que se va a pies juntillas para escaparse en dirección a su origen. De este modo, te quedas con lo positivo y lo catalizas al seno de la Madre Tierra que ahora se emociona contigo.
Vas a ir adquiriendo más conocimientos sobre la limpieza karmática de almas que al igual que tú, ahora van a sonreír. Gradualmente, irás ofreciendo tus servicios altruístas al mundo como la hada élfica que eres, pero tu ofrecimiento nunca será a costa de tu paz de espíritu, al contrario, precisamente desde este estado mental irradiarás serenidad, bendición y luz hacia quien lo necesite. Quédate en tu paz, duérmete con ella, en la almohada del sosiego que riega tus pensamientos. No te duela ser selectiva con algunos y respeta el proceso evolutivo de cada cual: no todos somos almas afines que vengan a complementarse: cada cual es libre de marchar por su senda.
El instante te acaricia y te cubre con su manto de afecto renovador y vital que te recarga de energía y te conecta con la esencia más pura de la vida, aquella del sentir. Almas hermosas están contigo, formando parte de tu caminar. Tú las abrigas con tu cobijo y aceptación. Y eso nunca va a faltarte en tu vida, entre otras cosas, ese espacio verde y privado donde corretean aquellos que se han ganado tu corazón. Son animalitos simpáticos, aves preciosas, que han venido a enseñarte allá donde no han llegado los humanos. Te muestran con su espontaneidad y sus juegos que el odio que antes tus congéneres te transmitieron ya no es tu camino para que ahora te bañes cada mañana con el rocío de la alegría y la bondad de los duendes y los gnomos, criaturas de corazones luminosos y honestos que habitan en tu jardín aunque no los veas. Las hadas y los elfos miran las escenas que en él acontecen, complacidos y contentos por ti, y siguen impulsando tu camino de elevación y conocimiento espiritual en ascenso. Ese camino que vas a recuperar en la Tierra y que te ha sido dado por decreto angélico. Ellos desean que cada día te acerques más a ellos.
Cada segundo es apra reconocer la luz en todo lo demás, agradecer lo bueno que reside a tu alrededor e integrar con paciencia y apertura las lecciones del día.No te sientas obligada a dar ni a recibir sino que deja que sea el instante quien te hable sobre ello. Suelta, déjate ir, ábrete a tu inspiración y deja que tu corazón te hable al oído del alma.
La brisa de las montañas te refresca el alma y el aliento y te anuncia buenas nuevas escritas en las nubes de tu horizonte emocional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario