Canalización de los guías

Te sientes nómada, atada a nada, desvinculada de todo pero arraigada en este planeta donde tienes la bendición de vivir como hija de la Tierra. Tremendamente libre y con el lenguaje del corazón, gritas a los cuatro vientos tus instantes de felicidad sin condiciones en los cuales te sientes alegre como una chiquilla, a quien ahora con más pasión que nunca ves su luz y la fuerza con la que vino aquí.

Esa niña pizpireta, hermosa y atrevida eres tú, bailas con ella y os vais corriendo a vuestras montañas, escuchando el susurro de la brisa, que os acaricia a las dos, mientras el calor suave del sol os dibuja una sonrisa en el rostro. Esa niña te está revelando sus secretos y está reflejando en tu aspecto exterior esa belleza serena, de piel tersa, figura esbelta y cabellos largos. Está tan cerca de ti que es como si compartiérais la misma mirada y ahora mismo os diérais la mano.

Esa niña tiene la llave para conectar todavía más profundamente con el reino de las hadas pues esa niña fue hada y ha venido a amar La Tierra y a trascender lo humano. 

Esa niña ha estado de aquí para allá, dando tumbos pero ahora os reencontráis e iniciais un fructífero diálogo que te conecta enteramente con el ser sin miedo que has venido a ser, tan llena de luz como las estrellas, irradiándola sin que nadie pueda interferir, pues en el cumplimiento de la misión todo el mundo aporta y complementa y el que pretende quitarte, se queda sin nada al final.

Todo el que ha pretendido quitarte ha actuado desde la carencia y ello implica que la vida le ha acabado quitando algo mayor al final. Si te lo quitó a ti es porque no era adecuado para ti pues créeme que lo que te pertenece por destino va a ser tuyo le pese a quien le pese. No sientas lástima por ellos sino que trata de comprender su forma de actuación y a que les ha conducido todo ello. Estás ya empezando a darte cuenta de lo abatidos que están muchos de los que te dañaron. No les seques las lágrimas, sigue con tu posición prudente de distanciamiento y permite que cada uno ocupe su lugar. Si ellos te forzaron a algo, ahora eres libre de seguir tu camino sin ellos, sin cargas y con el alivio emocional que eso implica porque sin darse cuenta, te han regalado tu libertad al tener el coraje de desapegarte de todos ellos.

Sigue soltándolos, perdonando sus errores y los tuyos y recobra tus alas de libertad. Esas alas que tu niña interior conocía como usar para volar con sus hadas y sus elfos. Para surcar el cielo en busca de sus ángeles custodios y agradecerles su protección y toda la belleza instaurada en La Tierra, ese planeta que te tiene tan enamorada y te hace sentir tan viva y llena de ti.

Sigue dedicándote todo el tiempo que necesites y no pretendas forzar tu salida al exterior, espera a estar más fuerte y convencida de todos los tesoros que crecen en ti y cuando lleguen a ti palabras sabias de guía y orientación, entonces toma una determinación. La vida te está premiando por todo el amor que depositaste en ella al venir y cada aleteo de tus dulces hadas, te recuerdan que tu propósito va a ser impulsado para que la niña que vino del mundo de las hadas encuentre aquí todas las respuestas y despliegue sus alas de bondad y alegría a través de historias fascinantes que tienen el poder de volar hasta el corazón de quien las lee.

Sigue presenciando tu momento con una calma objetiva y permite que todo llegue a ti en el momento adecuado. Observa la belleza que te rodea y si en soledad te sientes más cerca de ti, sigue así, pero aprovecha esos momentos de repliegue de tus alas, para hablarle con cariño al corazón de tu niña interior, esa princesa del reino de los elfos que presidió con paz conversaciones por las que el mundo tomó un nuevo cauce. Y tú formas parte de ese mundo aquí y esa paz la estás forjando ahora en tu corazón. Transmitésela también a tu niña y convertíos en amazonas de un destino apacible en el que cabalgáis en libertad arropadas por ángeles que os rebelan la verdad por la que estáis aquí ahora. 

Sois libres de quedaros o de ir adonde queráis, caminantes de un camino que os está reservado sólo a vosotras, gustáis de visitar puntualmente aquella tierra irlandesa donde tantas vidas de tu alma acontecieron, aquella que os atrae y hacia la que se dirige el caballo blanco sobre el que galopáis. Esa tierra que os brinda respuestas desde un enclave privilegiado, respuestas que tú y tu niña interior podréis aplicar a cualquier lugar donde queráis permanecer por voluntad propia. Pues así es el nómada: libre de ser y de estar, se dirige allá donde su alma le muestra su luz.