El silencio es tu estado original. Todo lo que no se le asemeja es porque has albergado en ti valores discordantes a él. Ruhúyelo, no son tú. Disuelve su patrón y resurgirás en el modo en que viniste en base a tu origen.
Tu niña interior sabe reconocer la luz que la libera y la vivifica. Es la de tu origen, Y te conducirá a ella. Has ido despojándote, desnudando tu alma y no respondiendo a provocaciones de almas heridas que victimizándose han pretendido trasladarte sus propias heridas en lugar de atenderlas por sí mismos. Eso ha congratulado tu luz y le ha dado mayor soporte.
Una alegría floreciente se instala en tu vida y te espera al otro lado del planeta, allá donde las estrellas cantan al abrido de la fauna salvaje. Esas estrellas te reclaman y te reconocen como una más entre ellas.
Sigue ahondando en tu neutralidad, en tu imparcialidad porque cada juicio (sobre todo negativo) que haces le duele a los oídos de tu niña interior, harta de que hayas transigido tanto, de que hayas escuchado tantas expresiones que debías haber dejado pasar sin prestarles la más mínima atención. Malgastaste tu tiempo pero aprendiste. En ese devenir, se te escapó el ahora y tu niña sigue atrapada en parte en el pasado, Pídele que regrese al ahora y te sorprenderá su poder.
En lugar de juzgar, escucha sin interpretar, sin calificar, sin etiquetar. Experimenta el instante, siente, nútrete del ahora y desde ese estado te purificarás, bendecirás, te elevarás.
La fortaleza de un corazón apacible crea milagros y emprender esos milagros te será revelado desde el corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario