Amanece sereno y cálido en playas caribeñas, repletas de abundancia y de belleza natural. Este lugar recóndito, puro y salvaje, es espejo de tu alma, aunque dudes de ello ahora.
Te anunciamos espejos naturales, calmos y transparentes como la luz del sol. Aquí tu alma se refleja en todo, en todo cuanto has trabajado arduamente y que ahora viene a tu encuentro con la candidez de un niño. El chasquido de una rama caída te asusta pero te acaba mostrando que una parte del alma de ese árbol se funde con la tierra que lo alimenta y se desintegra para seguir formando parte de ella.
Desde tu altar de canalización, transmites esa información y tratas de descifrar esta nueva lengua –nueva para ti-, antigua, dulce, hermosa. Es la lengua de la madre naturaleza, que le recuerda a su hija todo lo que hizo por ella y lo que puede seguir haciendo ahora. Los tuyos te brindan su luz y su sabiduría para que te ancles en tu propio centro estelar y converses con las mismísimas estrellas. Quédate aquí y recuerda.
Los rayos del sol te bañan el rostro de amor y le dan la mano a tu alma, que aquí corre con la libertad de los niños y la alegría de los seres elementales del bosque. Llénate de la pureza que te rodea, de la autenticidad que te acoge, de la verdad que te está siendo revelada.
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