Querida Eva:
Los niños son la esperanza que alumbra La Tierra. Por tanto, el planea está volcado en ellos.
En tu interior, Eva, hay una semilla, una chispa que contiene una fuerza tan poderosa que puede contribuir a iluminar el planeta entero. En los niños debes volcarte siempre que puedas. Algunos se han malogrado pero la mayoría tienen algo que enseñarnos. Sin embargo, no siempre se les permite ser ellos mismos, condicionándolos a lo que la sociedad espera de ellos. Eso mata su semilla, la cual esconde su cabecita inerte en las profundidades del cuerpo, asustada y temerosa de salir al exterior para ver la luz.
En los niños radican muchas respuestas y grupos de adultos están predestinados a ayudarles e impulsarles con su comprensión y paciencia para que florezcan esos niños, esas respuestas tras haber enraizado sus semillas y poder germinar con fuerza. Esos adultos sólo juzgan en casos extremos en los que resulta necesario para hacer aflorar el entendimiento del niño y orientarlo y elevarlo a una nueva perspectiva en armonía con la semilla que el niño ha venido a desarrollar. Tú, Eva, te hallas en ese grupo de adultos y tienes mucho que ayudar y enseñar para que los niños no se pierdan y sus palabras amorosas sean escuchadas y no caigan en el olvido.
Eva, eres maestra de niños, orientadora en su camino de despertar y escuchadora activa de sus palabras y diálogos. Los niños no van a temer compartir contigo sus emociones, experiencias y creencias pues en ti van a encontrar a una aliada dulce y discreta, amable, sabia y comedida en quien van a poder confiarle sus secretos. Vas a irles marcando sus pasos muy atenta a lo que necesitan para desarrollar su propósito de vida en sus primeras etapas en la Tierra.
Los niños van a saber reconocerte nada más verte pues encierras en tu interior la inocencia que ellos ahora comparten contigo.
Tú gracias a tu visión personal, intuitiva y espiritual vas a saber reconocer e identificar los dones de los niños y vas a alentarlos con el amor incondicional, no condicionado o contaminado, que una madre que sólo desea ver a su hijo sonriendo, aún a costa de tener que desprenderse de él más adelante para permitirle que siga su camino. En este aspecto, van a aprender a ser pequeños líderes que no tienen miedo de emprender su propio camino ni de defenderlo, teniendo por faro a su corazón alegre y despierto.
En mundo infantil está falto de comprensión limpia, pura e incondicional no sometida a las pretensiones e intereses de la sociedad y en eso tú eres maestra.
Eva, no te abrume no tener un grupo concurrido de niños pues aunque ahora los tengas a cuentagotas, eso no significa que, por ello, tu misión de vida no sea valiosa y no consigas grande logros en el área infantil.
La sonrisa de un niño es el mejor de los regalos, pero eso nunca debe pasar por consentirle siempre sus caprichos y no hacerle ver el verdadero valor de lo sencillo y lo auténtico: el amor, una fuerza que es el motor y el alimento de la Tierra. El amor no debe de ser tóxico sino puro como el aire pues al igual que el cielo con un aire tóxico, se ahogaría también lo haría la especie humana con el amor tóxico que está ahogando, asfixiando u oprimiendo a la población sometida a os intereses de unos cuantos.
Sé fuerte y da fuerza a los niños. Ellos te lo agradecerán con besos y mimos y te recordarán como su maestra especial.
Para Eva
De tus duendes de las estrellas
No hay comentarios:
Publicar un comentario