Desde la
dimensión de la luz y del agua cristalina y multicolor, nos ponemos en
contacto contigo para transmitirte la más esplendorosa esencia del
momento. Aquí los rayos de
luz nos alimentan el alma y las miradas se cruzan en alianza y
compromiso hacia lo que nos rodea. La flora y la vegetación irradia
plenitud de ser la cual recibimos alegres y confiados en el ahora más
espectacular y sublime.
El agua refleja los colores de
nuestra aura y la luz los eleva para sintonizar con la vibración más
pura del Universo. La sinfonía sanadora emerge de cada uno de nosotros y
sana por doquier alargando el holograma de nuestra energía. La
infinitud nos acuna desde nuestro nacimiento. Despertamos
al abrir los ojos y sentimos la unidad al entrar en el nuevo
mundo. Chorros de luz estelar refuerzan nuestro campo energético al
nacer, convirtiéndose, así, las estrellas en nuestras madres tutelares.
Nacemos en la
pureza y en ella morimos. Ese es nuestro principal compromiso con la
fuerza de la fuente. Crecemos en los colores pero siempre recostados en
la luz blanca de las
estrellas, ésa luz que reside en cada una de nuestras células mientras
el aliento de vida guía nuestros paso en la cuarta y quinta dimensión.
Podemos
volvernos invisibles a voluntad sobre todo los que hemos adoptado un
papel de guías de otros para ayudarlos a elevarse o cambiar el color de
sus auras. La divinidad
se comunica telepáticamente con nosotros para alentar a la semilla que
irá creciendo a medida que evolucionamos. Cuando florecemos, despertamos
a una mayor conciencia.
Nos atraen los
humanos que están comprometidos con una paz incipiente que ha venido a
mostrarles que ése es el camino que deben tomar. La paz aligera,
descarga, seduce a las
fuerzas de la luz para inducirlas a cooperar y colaborar en pro de un
bien elevado.
Cada cuento que
recibes o lees es un regalo de las hadas, un recordatorio de su
existencia y de que la esfera de sus alas cuida de ti apoyadas en el
regazo de la madre Tierra.
Nuestras ropas
de luz colaboran con las hadas vestidas que te recuerdan que agradezcas a
cada una de tus prendas el haber llegado a ti. Eso provocará que tus
ropajes emocionales
interiores cada vez vayan limpiándose y purificándose más hasta
alcanzar el núcleo de tu ser.
Pletórica y
emocionada, te elevas tan serena que tu corazón se confunde con el de
los ángeles.
Liberada de lo que te oprime asciendes a tu propia
naturaleza, ésa que siempre
te ha mirado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario