Tranquilízate,
sigue relajándote y dedicándote a la meditación y a la lectura de temas
de espiritualidad que te impulsan a crecer, pero trata de
no imitarlos sino adáptalos al instante, a lo que te empuje tu voz
interior.
Siente la dicha de estar viva y emociónate al sentir
fluir el amor como un gorgoteo de tu sangre que flluye por tus venas y
te colma de paz y de dicha.
Recuerda que seguimos contigo y que
percibimos la fuerza de tu luz interior. Por tanto, sé
cautelosa pero no te paralices. Hay procesos que deben esperar pero eso
no significa que debas estar sin hacer nada durante largo tiempo.
Medita, escrribe, baila suavemente, sensualmente y recuerda en cada paso
de tu baile que te lleva a fundirte con la alegría
y la vivacidad de tu niña interior, esa belleza de niña que corre
inquieta por las montañas y se llena de su energía y de la candidez que
sus hadas le transmiten en cada paso.
Recréate
en el poder sanador del sonido relajante. Ya notas como el ruido te
atraviesa y en lugar de molestarte, ahora se alía contigo y te ayuda
a crear tus sueños pues a cada sonido, tú le superpones un pensamiento
poderoso para tratar de quitarle importancia al estruendo del ruido y
convertirlo en algo hermoso que te gusta y que estás construyendo en el
ahora gracias a ese ruido. Al superponerle un pensamiento,
éste tiene mayor fuerza al fundirse con la vibración de ese ruido y
ésta otorga mayor fuerza a los sueños que construyes en ese momento
hasta verlos literalmente delante tuyo. Ya te funcionó y ahora debes
volver a aplicarte la lección aprendida.
Envía
luz a quien se la negaste en su día y la recibirá con la alegría de un
niño a quien su mamá abraza y reconoce con amor auténtico y
desinteresado,
el verdadero, el que basa su placer en el dar y no espera nada. Sigue
trabajando en tus meditaciones con el planeta Tierra y con tus rituales
hacia la madre naturaleza, cualquier ritual ella lo recibe y lo agradece
desde el corazón del núcleo terráqueo.
Envía
amor a los tuyos, a tu familia, a tus amigos, incluso a los que te
dañaron, a los que te han decepcionado pues pocas personas les envían
amor a ellos, al menos
amor desinteresado. Créenos, cuando alguien emite amor interesado, con
condiciones, recibe lo mismo. No juzgues a los que te dieron este tipo
de amor. Es porque no conocen el amor verdadero. Tú, en cambio, sí,
aunque todavía debes seguir trabajando en la negatividad
que a veces enturbia tus pensamientos. Por eso, te pedimos que envíes
ese amor auténtico y divino que estás experimentando a través de tus
ejercicios de meditación y los esparzas a toda la humanidad. El mundo
necesita ese tipo de amor. Difúndelo con tus textos,
con tu respiración, con tus actos desprendidos, con tus palabras
mojadas de divinidad. Eso te limpia de impurezas y compensa tu cuenta
bancaria de karma. Deshazte en luz, que tus latidos transmitan el más
sanador de los sonidos, que tus gestos denoten impecabilidad, coherencia
y sencillez.
No tengas miedo de experimentar carencia pues siempre podrás cubrir tus necesidades y seguir amando.
Tu lecho en el río te está esperando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario