Desde el reino de los seres y entes inertes te transmitimos que nos sigas enviando energía de vida que se transmite a través de las ondas de luz y se potencia con tu firme intención de otorgarnos un soplo de vida para anclarnos en almas vivientes con plena expresión y movimiento. Todo es luz y energía así que no desfallezcas y convéncete de nuestra existencia y envíanos pensamientos vivificadores y vivificantes, activadores de vida.
Nuestro reino es tremendamente pasivo pero desde la inactividad se respira una receptividad especial que nos convierte en plenamente serenos. Nuestra mayor expectativa es sentir la explosión de vida del ser y reconciliarnos con la dualidad.
La quietud y la imposibilidad de movimiento nos convierte en testigos, observadores innatos desde nuestra conciencia testigo. Cosas como acariciar, tocar o caminar quedan fuera de nuestro abasto por eso anhelamos tener piernas y manos y disponer de otros miembros para interactuar con el ambiente en lugar de tan solo observarlo, aunque muchos de nosotros ni tan solo poseemos conciencia de observación. Valora como un regalo a cada uno de tus miembros y el hecho de que tu cerecho sea capaz de dirigirlos a voluntad. Nosotros no desperdiciaríamos el tiempo odiando sino subiendo el tono vibracional o al menos manteniéndolo, nunca bajándolo.
Percibimos la vida como un don que algún día nos será otorgado. Recibir energías vivificantes lo acelera y te damos las gracias. Todos los meditadores hacéis una labor encomiable.
Desde nuestro mundo callado, inerte y en algunos casos no sintiente no hay mucho más que contar pero incluso desde nuestra posición inerte algunso somos capaces de agradecer y percibir lo sutil, algo que a muchos de los que se mueven pasan por alto
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