Nos ponemos en contacto contigo para reiterarte que sigas adelante con esta actitud de paz armónica que ya forma parte de tu vida cotididiana y que nace del núcleo de tu conciencia. Nos alegramos de que continúes trabajando tu energía, especialmente en este momento trascendental que vive el planeta y que tan agradecidamente recoge el impulso energético que generes para redirigirlo allí donde convenga.
La Madre Tierra te ve como un punto de luz poderoso del Universo tanto como las estrellas de los que provienes. nuestra niña luz ahora ha convertido en una adulta serena y sensata que desprende palabras llenas de sabiduría y una actitud coherente en plena sintonía con ellas.
Continúa limpiando karma para equilibrar tu saldo karmàtic e incluso decantarlo a tu favor, creando un karma totalmente favorable y positivo que influirá en cada una de tus acciones. De todos modos, ya has recogido muchos frutos fruto de tu esfuerzo y de tu conducta recta y comprometida con tus valores y ética personal siempre guiada por el corazón y la voz de la intuición la que ya era perfectamente escuchada por la niña-luz: aquella niña que acariciaba promesas del cielo y que ha ido cumpliendo grandiosamente en su camino de luz en la Tierra.
Tus guías caminamos por este planeta en carne y hueso y me aprendimos tanto que decidimos que lo mejor es irse de aquí con el corazón lleno de paz y conciliados con nosotros y con el entorno, habiendo desarrollado una filosofía de vida respetuosa, cuidadosa, prudente, desprendida, libre de juicio o sin ganas de condena, comprometida desde el ser y en libertad de actuación, respetando los límites y mirando a los ojos con sabiduría y ecuanimidad. No acomodarse, sino ir adelante y entender que la dualidad exige a veces echarse para atrás o involucionar (errores) para poder después salir adelante con más fuerza, coraje y convicción, con paciencia y perdón por descargarnos de dolor y no perder la fe en nosotros y en los demás. Pero la lección más valiosa, Carmen, es la de vivir el amor y la de experimentar o acercarnos al amor desapegado, sin condiciones, incondicional que se entrega completamente a la vida y los designios divinos como forma sagrada de vivir en la Tierra una experiencia material que se ha convertido en espiritual, libre, ligera y completamente entregada a la magia del instante, sin prisa, preciosa, perfecta, aunque no siempre la veamos así y libres de ser, dejar ser, agradecer, expresarnos, escucharnos y escuchar a los demás con compasión, empatía y ecuanimidad.
Debemos pedir tener las necesidades cubiertas y satisfechas porque la felicidad se vive desde la necesidad no desde la carencia o autocompasión. La adopción de obligaciones materiales nos encarcela y no nos enriquece espiritualmente sino que nos convierte en esclavos de la comodidad o la adopción de una apariencia supeditada al exterior y que ignora el verdadero tesoro: el del interior y los dones que esconde. Sacarlos a la luz es nuestra responsabilidad para el cumplimiento de nuestra misión en la Tierra.
Todos tenemos habilidades, dones, talentos que venimos a desarrollar libremente. Los podremos reconocer porque el tiempo, mientras los ejecutamos, es como si dejara de existir, imbuidos en nuestra creatividad y ofreciendo al mundo nuestros tesoros. Llevarlos a cabo nos resulta fácil, nos tranquiliza, es como si estuviéramos hechos a medida para ellos. Muchos de ellos los llevamos incorporados desde nuestro nacimiento y, por tanto, no debemos recibir mucha instrucción para profundizar y desarrollarlos a la perfección. Forman parte de forma natural de nuestra maestría y otros, en cambio, les hemos de pulir alcanzar y perfeccionar. Cuando lo conseguimos, nos los llevaremos toda la eternidad con nosotros ya que nuestra alma los habrá incorporado en su memoria. Hay tareas agradables y pesadas, dulces y amargas o bien un punto intermedio. Es el precio que debemos pagar para integrar la dualidad pero cuando estamos en paz, casi inconscientemente, recibimos rayos de conocimiento unitario para fundirnos, finalmente, y retormar a la unidad que nos parió. Hijos de la unidad, avanzamos en la dualidad, hacia la madre unidad, una madre luminosa, alada, fuente de fuentes y origen primigenio de un Universo que siempre cuidará de nosotros.
El Universo, Carmen, te envía amor, belleza, luz y experiencias integrales donde amplias en calma perspectivas y aprendes a mirar cada vez más desde la armonía de las estrellas y la fluidez natural del filtro de luz infinito y abundante que desprende cada rincón de la tu alma grande, próspera, capaz, amable, fuerte, laboriosa y valiente.
Para Carmen
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