Actúa con
confianza siguiendo la voz de tu intuición y adopta pasos seguros desde
la calma y la toma de conciencia de lo que es. Tu vibración se eleva y
en la ligereza de su
sentir, emite una frecuencia capaz de contactar con seres que te
protegen para que no descuides tu papel espiritual y de trabajo de tu
luz interior para que otros puedan también brillar. Rodéate de armonía y
cree firmemente que la desprendes en cada acto,
en cada paso, en cada sonrisa.
Tu presencia calma los ánimos y
transfiere a otros esa paz de espíritu desde la que somos capaces de
ejecutar nuestro potencial.
Regresa a lo
que eres, a lo que fuiste y aprovecha el instante para reencontrarte con
lo que dejaste antaño y reavívalo o revívelo. Escucha a tus sensaciones
y pugna por sentirte
en unidad con la grandeza del enorme contenedor que es la conciencia,
capaz de abrir los ojos a la humanidad, cuando despierta a la luz del
ser, plenamente entregada a la existencia que le ha insuflado vida al
cuerpo para que aprenda a reencontrarse y recogerse
en sí mismo para luego, una vez fortalecido, ayudar con su ejemplo a
los demás.
Soltarse, relajarse, rendirse, desaprender es tu llave para
reconectar con lo que realmente eres: alegría, energía, naturalidad y
entrega al instante que te abraza. Pero no lo
veas como algo amenazador sino como algo que viene a completarte.
Compadécete de aquellos que no vibran en tu sintonía y no dejes de
pensar que pueden llegar a como tú eres e, incluso, ser maestros de
maestros pues en la paradoja de la vida lo asombroso es
que nunca se sabe quien puede enseñarte o mostrarte tu poderoso centro
de espiritualidad que te llevará a tu cetro interior, a tomar ese poder
que manejado con dulzura y confianza, te mostrará el propósito
particular de tu misión.
Ve atrás en el
tiempo para despertar cualidades que subyacen en letargo en tu
inconsciente. Se te ayudará para ello. Decir adelante o decir basta
requiere discernimiento y amor
por la propia alma y conciencia. Una vez hallado, de forma natural se
ama a los demás pues se es capaz de reconocer su corazón por encima de
la entidad despreciable que en muchos maneja su mente al antojo de la
oscuridad.
Sigue
insuflando luz de vida en tus meditaciones. El planeta la toma y la
lleva a lugares que no imaginas pero donde reside tu esencia y la de
muchos trabajadores de luz, investigadores
en el planeta cuyo objetivo es crear luz en lugar de destruir luz. Si,
además, esta luz viene cargada de amor verdadero, entonces estás
engendrando una semilla ferviente de gloria y de realización de belleza
en la superficie, para manifestar la perfección para la
que fue creada. Sigue adelante y aunque no veas resultados, desapégate
de ellos, confiando en que tu contribución no cae en saco roto.
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