Transfiere a tus gestos y actuaciones esta parte de tu espíritu apacible que está aposentándose en tu ser. No tengas prisa ni seas brusca en tu quehacer cotidiano y aplica hasta en el más mínimo detalle la paciencia y la delicadeza. Así, no se caerán los objetos, recibirán tu agradecimiento por servirte y tus errores o descuidos disminuirán, aumentando tu atención consciente. No sirve de mucho que trates de instalar en tu mente la paz mental, si no la reflejas en los pequeños actos y en cada uno de tus movimientos, siendo delicada y pausada y de este modo conviertes en consciente y sentido el momento que tienes ante ti.
Si vives el presente paso a paso, el resultado vendrá por si solo y se adaptará a ti con ligereza y mansedumbre pues tu reflejarás en él el mismo sentir. Así, el momento se convierte en tu espejo y tú en espejo de los demás. De forma recípproca los demás también adoptan este rol con respecto a ti respecto a aspectos de tu ser viviente y en partes dañadas de tu ego, que precisan sanación, atención y consciencia pero no consciencia dormida sinó consciencia abierta, libre y receptiva, inmersa en el proceso de despertar vital.
Deja de juzgar el sufrimiento ajeno y el tuyo y éste perderá fuerza. Los juicios fortalecen allá donde se posan y si son dañinos, contribuyen más a enfermar al vientre el mundo.
Te quieren personas que no esperas, pues sigues anclada en un pasado decepcionante que ya no tiene poder sobre ti, aunque tú temes que sí. Aparta tus dudas y temores con afirmaciones taxativas y convéncete plenamente de ello hasta que tales afirmaciones se conviertan en tu verdad del ahora.
Necesitas calmarte y sanarte para recuperar la fortaleza, la maestría y el manejo de circunstancias que permitan ayudarte y ayudar a los demás. Ahora estás en un momento en el que debes seguir escuchándote totalmente y recibiendo canalizaciones de tus guías, los cuales somos tus maestros invisibles con el compromiso de asentarte en tu misión hasta que te desenvuelvas con más habilidad y soltura, aunque nunca te has apartado de ella. Ahora comprendes que de la mano del dolor has aprendido a ver las cosas en perspectiva, de forma más abierta y objetiva, sabiendo esperar con paciencia, y confiando en tu camino de luz labrado instante a instante.
Irás aceptando opiniones contrarias a la tuya como una muestra más del ego que no merece disuadirte de tu reverenciamiento por el momento que tienes la dicha de sentir vívido en cada instante. Esto lo tornará más latente y vivo.
Este caudal de vida te invita a sentirte mejor y a recibir bendiciones con los brazos abiertos y no expectantes, como un corazón desinteresado que se abre sin crearse expectativas, sin crearse barreras ni condicionantes, sin dudas, seguro de sí.
Cuando permites a todo ser, el momento su vuelve más libro y genuino. Desde la plena expresión de la conciencia que lo abarca sólo recibes luz divina para irradiar con todo tu potencial, aquél que corresponde a los maestros de maestros, a los sabios forjados vida tras vida, aquellos que se cansaron de controlar y determinar, aquellos que han aprendido a ser atravesados por el escenario de actuación del ahora. En lugar de condicionarlo, lo permiten pasar, conscientes de su transitoriedad y la del rol de todas las personas nacientes del sol de unidad, que aunque no nos lo parezca nos envuelve con sus rayos cálidos y nos recuerda nuestros orígenes.
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