Canalización sobre las sirenas

Las sirenas emergen cual montaña majestuosa sobre la superficie nacarada por el halo de la luna y cantan las delicias del fondo del mar. La noche envuelve a estas hermosas criaturas y les rinde culto.

Las estrellas se han acercado para verlas y escuchar las leyendas que ellas relatan sobre el océano. También ellas cuentas historias a las crías de los peces para que los secretos del mar no caigan en el olvido. Los pececillos las escuchan atentos y sorprendidos.

Las sirenas pueden llegar a ti en sueños o cuando menos te lo esperes y te ayudarán a fluir mejor con la vida de igual manera que ellas fluyen en el mar. 

Fluir nos hace converger con los espacios entre nuestros pensamientos y nos conduce a lo que verdaderamente somos: luz, libre, fluida, sin juicio, divina. Si seguimos cada paso de la vida sintiendo el corazón, entonces el ser resurgirá y tomará el mando para mostrarnos lo que somos en origen. 

Pertenecemos a un núcleo energético poderoso donde expresamos a Dios y manifestamos la belleza de ser. Todo colabora a ello pues ese es nuestro puerto de destino, aunque a veces nos perdamos por el camino. Pero siempre habrá una brújula o un compañero de ruta que nos oriente hacia la dirección correcta y, cuando la brisa de nuestro corazón nos sople nuestro nombre, lo sabremos y a partir de ese momento danzaremos con ella, libres de volar y de ser. 

Las sirenas nos recuerdan que no descuidemos nuestras capacidades y habilidades y que nos sintamos fluir en cada segundo, con alegría, livianos y serenos. Debemos llevar adelante nuestro potencial pues nacimos con él y comprometernos con él es hacerlo con nuestra alma y nuestra misión de vida.

Nadamos en el mar de nuestras emociones hasta que las trascendemos y aprendemos estar presentes, tras haber descorrido velos y adoptar una visión clara, consciente y sabia de las cosas. El momento nos trae cada respuesta que el alma precisa, aunque muchas veces hay que esperar mucho pero eso nos enseña paciencia, constancia y desapego del resultado, disfrutando simplemente del proceso del mismo modo en que las mariposas disfrutan de su vuelo sin preocuparse de cuándo tocarán tierra.

Las sirenas siguen nadando en el mar, enamorándose del océano y de sus maravillas y amando el cielo que se refleja en las aguas, custodiadas por ellas y por los ángeles.