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martes, 4 de junio de 2013

Canalización de los guías

Desde esta mañana irradias un brillo especial. Parece que en tu rostro se haya posado una estrella. Te diriges a la costa. 

La noche ha oscurecido tanto el mar que parece de azabache. Aquí se respira un olor a sal mezclado con el sabor salvaje de la selva. El volcán a lo lejos permanece callado, testimoniando una realidad que encaja con tu forma de ver el mundo. Es como si todo te resultara a tu medida, aquí tan lejos de tu país de nacimiento. El mar está en paz. A lo lejos crees escuchar el canto de las sirenas. 

Destellos de luz caen sobre tu alma y te recargan el ser, anunciándote un nuevo inicio en tu vida. Descorchas un nuevo camino de luz que, al igual que un tapón de una botella, sale disparado en la dirección que debes seguir. La vida discurre sola, tranquila, todo se hace por sí mismo y aquí eso resulta sencillo: sólo estáis tú y tu luz, vacía de sufrimiento y de apegos, aquí eres el canal por donde todo pasa. Permites eso mansamente, como un animalito rendido ante la vida, confiado en que la madre naturaleza le sustentará. 

De forma natural  el instante se presenta ante ti e iniciáis una amistad de por vida. Percibes la transitoriedad y la eternidad de un instante que siempre se repite, aunque de forma diferente. Aceptas eso y te entregas a tu destino en cuerpo y alma. Entonces, el tiempo deja de existir y, en todo caso, se convierte en un aliado más. Aquí todo parece cooperar contigo, incluso antes de que pidas ayuda. Este lugar emana una fuerza sutil que parece como si  te leyera la mente y se anticipara a tus necesidades para cubrirlas al instante. Desde que vives así, necesitas menos y aunque hace tiempo que has comenzado a simplicar, ahora todavía simplicas más, sin embargo, tu espacio interior no se ha reducido, al contrario, dispones de más margen de acción.
 
La brisa marina te embriaga de frescura y te sientes más joven que nunca, más viva que antes. Cobra vida esa sensación de libertad y de que todo te resulta vivificante e intenso. La vida se ralentiza pero eso contribuye a que puedas recrearte en la viveza del ahora.  Desde esta posición el ahora reluce con plenitud y eso se traslada a ti. 

La luz aquí es tan pura que podrías alimentarte sólo de ella. Es como si te abrazara y te hiciera sentir luminosa. Experimentas tu origen y te quedas ahí desde tu playa de ensueño con la complicidad de las sirenas y la sonrisa de la luna.
 
Contemplas el cielo estrellado y das las gracias por la brújula interior que te ha traído hasta aquí. La brisa sigue jugando contigo y recordándote que estás viva, alborotada por una alegría que hace rebrotar la fuerza de la vida en tu corazón con nuevas raíces. Es como si existiera un enorme bosque en tu interior al cual honras en cada acto. En posición de meditación te armonizas con la naturaleza con movimientos suaves que despiertan tu mente y vigorizan tu cuerpo, impulsándolo a fluir.

Profundizas en tu percepción interior. Es como si al ambiente calmo de esta playa, te ayudara a conocer partes íntimas de ti, a ser consciente de lo inconsciente. Esa dimensión tan presente ha cobrado protagonismo en tu vida. La lucidez te acompaña allá donde vayas.
 
Disfrutas de una percepción clara y nítida, como si tuvieras un ojo más. Aquí todo se abre y tú también te abres al momento con la naturalidad con que las flores se abren al amanecer. Canalizas el poder de la vida, algo que te acerca a tu rasgo más auténtico y verdadero. Ilustras la belleza y tomas nota de su expresión. En tu enciclopedia de la naturaleza virgen, captas su perfección y la transcribes con el corazón. Nunca antes habías experimentado la vida de modo tan vivificante. El milagro de la vida se muestra ante ti puro e inocente como un niño. Lo tomas de la mano y os dejáis envolver por el halo de la luna que os promete espiritualidad y magia.

En esta playa existe una aureola de espiritualidad que te hace única y te adopta como su hija predilecta. Toda tu capacidad creativa y tu potencial hablan por sí mismos y se implementan en tu realidad de manera sorprendente y armónica. Tu alma cada vez vibra con mayor fuerza y se hace espacio en cada momento del día.

Se respeta tu individualidad y a la vez tu trabajo en equipo que tanto te realiza como persona. Bendices cada instante y miras el horizonte. Te parece tan idílico que es como si vieras los ojos de las sirenas en la superficie, brillando como diamantes. De forma implícita sabes que los delfines y las ballenas les acompañan.

Una serenidad infinita te invade y te invita a confiar y a recrearte en el aquí y en el ahora.

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