Canalización de los guías

 

Comienzas una nueva vida en una familia de mucha luz. Por eso, te sientes renovada y fresca como las gotas de rocío que acarician a las flores cada mañana. 

 

El olor profundo del saúco te recuerda que estás en casa y que tus hadas y duendes revolotean alrededor. Ellos te soplan palabras mágicas que se posan en el corazón de quienes las reciben y se quedan impresas en la luz de sus almas. De esta manera, la sabiduría de Reinos Mágicos se transmite al Reino Humano y le otorga el poder de la luz y el amor. 

 

Desde tu centro de equilibrio te dejas ir en busca de aquello que antaño te perteneció y que ahora regresas a la Tierra. Aunque pertenezca a otro plano, puedes traerlo aquí para enriquecer el momento y aportarle luz y color.

Se te nota en la mirada que estás hoy tan pletórica como la luna llena que se ha acurrucado en el cielo, tapada por las estrellas ante la llegada de esta mañana que sientes de forma especial, enraizada en esta verdad que sospechabas que siempre había estado allí. 

 

La magia de las hadas y los elfos puede llevarse a cabo a través de múltiples maneras y cada vez vas a irte familiarizando más con ellas. Ya cuentas con una buena base literaria donde la magia se comunica a través de las palabras e ilustraciones y ahora vas a complementarla con nuevos toques de varita mágica. Como si de un polvo de estrellas hadado se tratara, desprendes destellos de luz a tu paso que los demás perciben y que te confiera una nueva dimensión a la que algunos desean acceder.

La filosofía de hadas te desvela nuevos aspectos de tu ser y de tu geometría que estás ahora dispuesta a revelar. Como si plantaras nuevas raíces, te ahondas en ti misma, ramificándote y latiendo con tu corazón maestro.

 

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El enorme nogal de tu jardín te recuerda tu infancia con tus abuelos, los aromas del campo y la soledad en la que te sientes acompañada de ti misma.

Rodeada de simpáticos animalitos, te sientes tan feliz que es como si hubieras emprendido tu propio vuelo en la Tierra. Con tu sello particular, llenas de magia los espacios y las páginas de los libros y tomos que permanecen en estanterías, mirando a los cristales de un escaparate o bien reposando en estanterías preparadas para resistir mucho peso. Y es que eres una literata empedernida, una escritora y dibujante incansable que llena miles de páginas sin parar pues tu corazón rebosa creatividad y libertad. 

 

En la paz de la naturaleza de tu jardín o más bien de tu bosque, el arroyo destila sanación,
fluyendo con amor y alimentándolo todo a su paso. El mundo te ha bendecido con este trozo de paraíso donde habitas, vuelas y eres por ti misma, fluyendo como el agua, el sol, el aire. 

 

El sonido del silencio gorgotea en cada remanso de este arroyo o manantial donde te sumerges y disfrutas del efecto terapéutico de sus aguas. Te sientes salvaje y desposeída de toda limitación o apego. En la nada encuentras tu luz, habiéndote desinflado, vaciado, depurado y librado de tu yo.

 

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Esa falsa ilusión voló, se retiró, se esfumó como un hubo que te nublaba la vista y logró apoderarse de ti. Cuando el yo se va, emerge a la superficie tu autenticidad, aquello para lo que viniste y que ahora se manifiesta con la naturalidad con que un niño sonríe al instante. 

 

Te sientes una chiquilla alegre y salvaje que florece como una rosa campestre que desprende su mejor fragancia. Compartes con el mundo lo que eres y por eso experimentas una plenitud, una completitud que te regala la grandeza de ser, la autenticidad de la experiencia
del ahora. 

 

Una riqueza sin límites se extiende en tu horizonte y se muestra ante tu espacio como un cuerno de la abundancia, dispuesto a complacerte. Pero te sorprende sentirte desasida o desprendida incluso de esto como si lo no necesitaras. Sin embargo, esa renuncia implícita
ha creado ese espacio de abundancia a tu disposición ahora. 

 

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Te sumerges en ti misma, en las aguas de ese océano bañado de cantos de sirena y de delfines o ballenas que alegran a las olas con sus nados acrobáticos. Amas el vientre engendrador de vida de los mares, océanos, mares, lagos, ríos o estanques que bañan la Tierra y la vuelven tan azul como ese punto celeste que contemplaste hace tanto desde el espacio exterior correspondiente a otros planos. Enamorada de ese punto azulado, prometiste traerle la voz de las hadas, su magia, sus palabras, sus alas, su varita, sus llaves, sus castillos y bosques encantados, la belleza de su sabiduría. Y aquí estás, ¡tan ligera como
las hadas!

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Autora texto e ilustración: María Jesús Verdú Sacases Texto e ilustración inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual Técnica ilustración: Acuarela