Multiplica tu luz allá donde vayas. Trabaja en tu foco de luz..
Regresa a la Tierra la luz de las hadas. Envía luz allá donde resulte adecuado y a tus queridos reinos animal y vegetal. Siente la estabilidad de los árboles y la brisa acariciar sus copas.
Engarzas instante a instante como una cadena infinita cuyos eslabones nunca acaban. Te enraizas en la Tierra y te alzas con su energía, sintiéndote más terrenal que nunca. Es como si te hubieras fundido con el subsuelo. Hay allá una energía latente esperando a ser despertada y a manifestarse en la belleza de la naturaleza.
El viento arrastra las hojas secas que se escapan, traviesas, hacia la entrada al país de las hadas para convertirse en ellas. La tormenta cruje el bosque con rayos y truenos y espanta a los animales que corren a resguarse tras la vegetación o a sus madrigueras y nidos.
Las gotas de lluvia impactan en la superficie de lagos y arroyos donde los patos nadan felices, haciendo piruetas y malabares, jugando con la cortina de lluvia que cae del cielo. Los patos adoran el agua y por eso disfrutan del regalo líquido que nace de las nubes.
El sol pronto barre el cielo y llena de nueva luz, radiante de alegría, invitando a los animales a salir y disfrutar de los rayos y de la frescura que las gotas de lluvia les han dejado. Tras la lluvia el bosque irradia una nueva vida.
El suelo está repleto de charcos que constituyen el hogar improvisado de renacuajos y otras especies que toman posesión de su nueva casa.
Tras la lluvia la vida se expande en el bosque.
Las hadas ayudan a los animales en sus quehaceres y les brindan protección y apoyo. A las hadas les encanta conversar y jugar con las especies animales del bosque. También interactúan con el alma de las especies vegetales a quienes respetan y ayudan a crecer.
Os dejo este enlace en You Tube sobre la belleza de nuestro planeta:
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