Siéntete en paz bajo tu techo de estrellas, bajo esa bóveda celestial que resguarda tus sueños y les alumbra luces de eternidad que se filtran vigorosas en un fluir de iluminación y dicha.
El palpitar del instante te transfiere la sabiduría del alma, esa que respiras a cada segundo y que aflora por cada poro de tu piel.
Los ángeles te reconocen como la luz divina que destilas en cada paso y te invitan a elevarte para alcanzarlos.
Tu corazón se expresa entus pensamientos y palabras, segura ahora de alimentar a tu bienestar emocional y de aminar en la dirección correcta.
Te orientas en esta existencia de luz-oscuridad hacia la senda que te llevará a abrir la llave del baúl de tu tesoro. Por eso, cada vez más la armonía te toma de la mano, mientras sigues desechando todo lo que no se le asemeja.
La belleza se instala en cada gesto tuyo y tus ojos la captan por encima de todo. Y es que los tuyos cada vez pueden acercársete más y seguirte allá donde vayas.
Pronto conocerás más compañeros de rutas de eternidad y seguiréis cruces que os llevarán al origen de donde todo partió.
Le das la mano a la abundancia interior y la cultivas con delicadeza y esmero, algo para lo que naciste, Descubres que la creatividad es fuente de belleza e improvisación por la cual la magia operar a través de tus manos. Las imágenes que acompañan a las palabras ayudan a su comprensión y despiertan una agradable sensación en la mirada de los que las contemplan. Esa mirada algún día será la de los niños que acudirán a hacerte saber lo que sienten gracias a este proceso que has emprendido desde la conciliación contigo misma con todo lo que ello implica.
Miras al pasado como ese duende travieso que ha dejado de serlo y cuyas travesuras se fueron con palabras banales hacia algo que ya no te pertenece.
Te sientes liviana y desprendida de todo aquello que te hizo cambiar gracias a un crecimiento paradójico dstinado a remembrarse y regenerarte.
La luna te anima que te atrevas a construir tu mejor instante, tu ahaora efímero y a la vez interminable, que puedes moldear desde la paz de tu espíritu y la ligereza del alma.
Sabes que sentirte en calma gracias a la aceptación o el discernimiento de conocer lo que no te corresponde todo ello en función de lo vivido para tener así claro lo que sí, resulta el mejor antídoto para la disolución del karma que estás destinada a enseñar o instruir.
Desde tu paz todo acontece por añadidura, de forma natural, en un valle discreto y sinuoso donde todas las maravillas impredecibles son posibles.
Destapa el velo de tu infancia y quédate acurrucada con ese ángel de niña alegre y despreocupada que todavía hoy se refleja en tu rostro.
Ayúdate y dedícate a ti por completo y lo relativo a los demás vendrá sólo, espontáneamente, de forma fluida y natural. Esta es la mejor forma de ayudar a los demás la cual siempre debe comenzar por la ayuda a uno mismo independientemente del tiempo que tal hazaña tome.
Todo te ha orientado a que descubras tu propósito y lo ejecutes con alegría y amor como el legado que te corresponde.
El ritmo frenético del mundo ya no va contigo. Sí, en cambio, el latido de la Madre Tierra que dispone de tantos tesoros que no cabrán en tu baúl. De momento, ella te deja un melodioso trino y un riachuelo donde tu contempla en paz, sonriendo a tu alma hadada, sincera, noble y fuerte.
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