Oteamos el horizonte con nuestros ojos dulzones esperando encontrarte. Encontramos más alla de lo visible tu mirada inocente y pura que todavía conservas de cuando eras niña, esa niña hermosa que nos encandiló desde su nacimiento. Elegiste duras lecciones que van a elevarte y conectarte más produndamente hacia nosotros, tus guías, gracias a una comprensión prístina, clara y firme de lo que te rodea. Comprendes desde el amor pues el odio que otros trataron de insuflarte ya está casi disuelto. Por tanto, has crecido y te felicitamos por ello.
Este camino sinuoso de La Tierra está lleno de trampas, paradojas y obstáculos pero también de conocimeinto y de apertura mental, una mente en paz y fuerte que tiene mucho que enseñarnos, Eva, incluso a tus guías.
Te alentamos a que no te desanime el instante y a que trates de acormodarte y de jugar con él, como cuando eras niña y corrías libre en tu pradera, imaginando que tras ella se elevaban majestuosas enormes montañas, contenedoras de una puerta de libertad de regreso a tu mundo mágico. Esa puerta sigue ahí y en cada paso conquistado, has estado cada vez más cerca de abrirla. Tu momento llegará.
La brisa te recuerda que eres ligera como las mariposas y que hay bendición en lo simple y minúsculo de tu mundo terrenal. Él te traerá una caricia que te iluminará la mirada y te recordará que eres especial, única y diivina para aquellos a quienes no puedes ver.
Un arroyo de luz divina fluye por tu corazón y limpia el dolor, fortalece su palpitar en equilibrio con el despertar y te da alivio.
Estamos cerca de ti y desde nuestra colina celeste te enviamos ondas de amor para que sientas nuestro abrazo y te lleguen esas novedades que tanto te mereces.
De los duendes de tu infancia
Para Eva
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