Habito una dimensión pura de luz, cercana a la fuente creadora, donde la prosperidad fluye a raudales mediante manifestaciones instantáneas. Por eso, es importante haber trabajado y dominado nuestros pensamientos en encarnaciones anteriores para ahora poder provocar lo correcto ante nuestros ojos. De hecho, pienso poco pues pensar es incompatible con sentir y me encanta sentirme ligero y elevarme con las alas de mi intención.
Las familias aquí son libres pues no hay juicios ni obligaciones ni exigencias, aunque sí trabajos por hacer para elevarnos más cerca del espíritu y fundirnos con la fuente que nos sustenta. Desde aquí observo en una actitud objetiva y en plena paz con mi luz y la luz de las estrellas.
Vuelo junto a ellas y me disuelvo en las espirales de luz del cosmos para recrearme en la grandeza de mi origen interestelar y dejarme atrapar por la libertad que la creación imprime en cada uno de nuestros actos.
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