Estimada Eva:
Desde nuestro rincón acogedor del Reino Celeste de los Duendes, nos sentamos en hongos luminosos a verte caminar y discurrir. Estamos pendientes de cada uno de tus pasos y valoramos tu actitud por adornarlos con una sonrisa.
La felicidad y la armonóa están instalándose en tu corazón por el cual ya asoma un primer resplandor de plenitud e iluminación. Por esta razón, te animamos a seguir adelante con esta nueva actitud ante la vida y a sonreírle a pesar de todo. Ello elevará considerablemente tu vibración provocando que la negatividad de otros resbale de tu aura o campo energético y no pueda adherirse a tu cuerpo lumínico u holográfico. Así, Eva, caminas en bendición, limpia y libre de mostrar la luz del alma y resplandecer benditamente en ella.
Cada segundo de luz te ofrece la ocasión de experimentar tu hermoso reflejo en todo lo que ves y sentirte como una princesita que es consciente de su corona y que aspira al cetro real.
Tu nueva manera de caminar es consecuencia de un trasfondo que toca tu corazón y que baña de luz divina a todo aquél que llegue a ti. De esta forma, emanas más energía y, nosotros, tus duendes, te sentimos tan cerca que nos emocionamos porque nos gusta estar contigo. Sabemos que en ti no hay mentira ni mezquindad y eso implica una fuerza espiritual que fortalece tus dones y los pule para que emerjan espontáneamente como una nube que se aparta lentamente al salir el sol y da paso a la belleza de los rayos que tanto alimento proporcionan al planeta.
La Madre Tierra, Eva, cada vez más va a nutrirte y a impulsar tus pasos, a sentirte tú misma para descubrir tantas cosas sobre ti... como si pudieras alcanzar tu propio éxito de modo inimaginable y duradero.
Estamos contigo durante el cambio de ciclo y vas a notarnos hoy de modo especial...
Como siempre, Eva, nos quedamos contigo, sentaditos a tu lado, reconfortados en el calor de tu hogar.
De tus duendes para Eva
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