Sientes la magia ascender por tus piernas en dirección al corazón al ritmo sabroso del ahora y de la música que te hace bailar, no sólo a ti sino a las hadas. Éstas se mueven suavemente, como las olas al llegar a la orilla, donde por cada una que se desvanece al tocar la arena, otra aparece en su lugar. Así es también el movimiento regenerativo y sensual del baile de las hadas donde cada una ocupa su lugar y participa de esta sinfonía de música y movimiento a las puertas de lo etérico.
Relájate en este harén de luz, color y pasos rítmicos donde cada movimiento se percibe como sagrado y ancestral.
Reluciente como las estrellas, tu mirada observa este escenario donde cada bailadora forma parte de un juego en la que la norma principal es disfrutar y sonreír con todo el cuerpo. Las alas y los pies se mueven al unísono como símbolo del puente entre el cielo y la tierra del cual tú formas parte activa. Por eso las hadas permiten que las veas ahora.
Imagen registrada*
En el bosque los trinos de los pájaros también forman parte de la melodía que anima la danza de las hadas y le confiere un toque de gracia que lo acerca a lo divino. La elevación resulta patente en este espacio entre dimensiones que tú contemplas con los pies en la tierra.
Imagen registrada*
Tu cuerpo forma uno con el cuerpo de tu amada madre tierra y la sensación que ello te produce es la de una tremenda familiaridad con los elementos de la naturaleza a los cuales consideras como tu brújula. Te sientes más en paz que nunca contigo misma y el bienestar te invade. Ha pasado a ser como otra capa de piel que llevas permanentemente contigo. Libre de ser, te hallas ante tu propósito y lo llevas a cabo con la misma naturalidad con que las estrellas rinden culto a la luz cada noche. En tu atalaya, recibes señales del mundo marino y confraternizas con ellas. Los pobladores del mar y de las aguas duclces están siendo asistidos por ti y por tu equipo para alargar su longevidad y preservar su salud.
Imagen registrada*
Los animales de tierra están en equilibrio y eso te complace. Abrazas fuerte a tu mascota y le haces saber una vez más cuánto la quieres. Rodeada de fauna y de flora te has visto a ti misma y te has comprendido mejor. Te concilias con lo que fue y es. Ya no hay necesidad de preguntarse porqué. Todas las piezas se han ido colocando y la de la felicidad es ahora tu mejor abanderada.
Autora: María Jesús Verdú Sacases
Texto e ilustraciones inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustraciones: Acuarela y Pastel
Texto e ilustraciones inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica ilustraciones: Acuarela y Pastel
No hay comentarios:
Publicar un comentario