Querida Eva:
La vida resulta a veces un camino tortuoso pero al final acaban por colocarse las piezas del rompecabezas que constituye nuestra misión de vida. Tratar de estar de paz a pesar de todo nos coloca en una posición privilegida que rompe esquemas y deja sorprendidos a más de uno pero la vida, cuando se vive anclado en el presente, se convierte en un séquito de pequeños milagros y sorpresas que nos instruyen en nuestro aprendizaje para convertirnos en seres más íntegros y absolutos.
La vida resulta a veces un camino tortuoso pero al final acaban por colocarse las piezas del rompecabezas que constituye nuestra misión de vida. Tratar de estar de paz a pesar de todo nos coloca en una posición privilegida que rompe esquemas y deja sorprendidos a más de uno pero la vida, cuando se vive anclado en el presente, se convierte en un séquito de pequeños milagros y sorpresas que nos instruyen en nuestro aprendizaje para convertirnos en seres más íntegros y absolutos.
Recuperas tu confianza a pesar del dolor y lo utilizas, cuando éste de manifiesta, para convencerte de que acabará pasando y de que no podrá contigo. Crees firmemente en la niña interior que proteges con uñas y dientes cuyo corazón es uno con el tuyo y eso la hace fuerte y resplandeciente como los ángeles. Te quedas con lo mejor de cada experiencia y con aquellos recuerdos bellos que se han vuelto imborrables.
Dulcificas cada instante tanto como puedes para convertirlos en azucarillos o pastelitos que vienen a hacer tu vida más deliciosa. Quédate con nosotros, tus guías, que te soñamos. Te besamos el alma más allá de tus expectativas y te esperamos convencidos del éxito de tu propósito liberador de vida. Te vemos con las alas desplegadas, abiertas al mundo, serenando a este mundo que tanto ha enloquecido. Tus niños guardianes te rodean y te escuchan. Te consideran su maestra, su instructora y te prestan toda su atención.
Son niños que merecen crecer libres y felices y tú contribuyes, según tus posibilidades, a este noble propósito que te engrandece y te hace escalar en la jerarquía espiritual. Te sientes rodeada de amor, de luces doradas que te recuerdan tus orígenes nobles y elevados. Cantas con los niños bucólicas canciones que abrazan a la humanidad y se quedan para siempre en el corazón de la Tierra, alimentándolo de amor.
Llegaste cansada a este punto pero pronto has recuperado fuerzas para llevarlo a cabo con la ternura de una madre. Escucha tu entorno, las silenciosas señales, los ruidos inescuchables, la soledad llevada con dignidad y autoconocimiento.
Abre las puertas del alma y el canto de los pájaros penetrará con tanta perfección que te sentirás volar libre como ellos. Siéntete, experiméntate, sé y halla el gozo en la libertad de tu soledad, ésa que te mostrará lo que has venido a ser.
Para Eva, con amor de tus duendes azules
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