La tristeza asoma por la ventana de tu mundo y te hunde. El temor y la inquietud avivan su fuerza y apagan tu alegría. No des las cosas por sentado ni elocubres sobre las posibilidades de tu mundo pues no das cabida a lo imprevisto, lo inesperado, la sorpresa.
Las bendiciones colman tu mundo de una abundancia insospechada y están avanzando lentamente hacia ti pero aún no eres capaz de vislumbrarlas. Un atisbo de convicción en ello aceleraría el proceso pero eres incapaz de verlo. No dejes de creer un segundo en ti misma ni en lo que has venido a hacer aquí. No vayas a contracorriente. Eso ya pasó, ahora simplemente sigues paso a paso como una hormiguita laboriosa que sabe lo que tienen que hacer en cada paso del camino siguiendo su instinto y su propia guía, la guía de la que la naturaleza la dotó para evolucionar.
Todos seguimos nuestro camino y cada paso nos lleva al siguiente. Detenerse aviva la claridad y sirve para tener más claro el siguiente paso. No te arrepientas de lo vivido pues todo se complementa y se integra en tu misión de vida.
No temas equivocarte pues todo nos instruye y nos sirve para modelar el camino. Como un artesano pules tu material de vida y das forma a lo que nace de la no forma para manifestarla en tu mundo. Dota de vida a imágenes y palabras y hazlas volar a través del mundo. El Universo te envía ayuda propagadora. Aprovéchala adaptándola a tu vida práctica pero sin permitir que ahogue o anule el valioso don de la creatividad que te fue asignada al encarnar. Además, tu niña interior se libera, cobra alas en cada expresión de tu arte ilustrativo y literario.
Aligeras tu karma gracias al resultado de tu imaginación en el que hay más verdad de la que crees. Deja de presuponer y de envenerar tu corazón. No alimentes tanto tus temores y opta por alimentar tu alegría y espontaneidad para que tu niña no deje de sonreír y pueda seguir alzando su vuelo de hada. Ella sabe donde llevarte para que al igual de ella ya nunca más dejes de sonreír. Serena tu mente y afronta las circunstancias. No son tan amargas como crees.
Celebra el ahora y ahonda en ti misma. Recupera esa paz que has venido a encontrar en la Tierra para recubrir con ella los pliegues de tu alma. Como el ser apacible que eres, te es otorgada una vida plácida donde la vida transcurre despacio y te conecta con tu tao interior al cual no trates de definir para no salirte de él, sólo siéntelo, escríbelo, dibujálo, experiméntalo, alójalo en tu corazón y prolóngalo sin pretenderlo al corazón de los demás pues lo auténtico fluye por sí solo y como el agua, siempre encuentra, de forma natural, su propio camino.
Autora: María Jesús Verdú Sacases
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