Te aseguramos tu bienestar emocional en días venideros y te pedimos que sientas una ligereza que hace bailar el corazón, propia del reino de las hadas.
Canta y reza, pasea y baila pues cambios graduales te harán sonreír.
Gracias por tu paciencia y tu coraje en tu transcurrir terrestre, gracias por tu coherencia, sin duda son dones que constituyen tesoros que abrirán baúles de verdad aquí en la Tierra y que harán que escales con dignidad en la montaña del reino de los cielos.
Aquí te espera ahora una alegría serena, moderada al principio, para irse dibujando en tu vida con trazos más fuertes a medida que el tiempo te vaya acariciando el ser.
Como el niño que te habla espontáneamente y te mira directo a los ojos, así nosotros te hablamos y te miramos al alma. Todo aparece y desaparece, incluso el dolor más profundo gracisa a la comprensión y el amor.
Nuevas perspectivas se instalan, mientras viejas estructuras caen gradualmente. Se trata de edificar nuevos pilares para magnificar la grandeza de la conciencia. Junto o bajo esos pilares, resguardada, estás tú, con tu diálogo apacible, con tono moderado, proveniente del temple que se ha instaurado en la paz del corazón. Esta sensación de liviandad irá creciendo en ti. Sentirás paz allá donde otros tiemblan y esa paz te hará vivir la vida lentamente, profundamente, atenta pero como en un sin hacer donde permitirás que todas las piezas del rompecabezas se vayan colocando como por arte de magia, trayéndote las respuestas en su preciso momento.
Estamos a tu lado y te admiramos por el manejo demostrado en las circunstancias que has vivido. No has imprimido ninguna gota de odio en el mar de tus emociones, en tu sentir. No has dejado que la rabia te envenenara el alma. Pero has sentido desilusión, miedo, frustración y desesperación. Ahora la vida te coloca en una posición esperanzadora donde tu alma encuentra alivio y consuelo.
Te enviamos luz y tu esfera se llena de tanta claridad que podemos incluso ver como tu corazón vibrante late con fuerza. No te dejaremos. Con susurros te hablamos en sueños. Ya habrás notado nuestra presencia en algún momento particular de tu vida íntima y privada acaecido hace poco.
La brisa juega con tus cabellos, al igual que lo hacía de niña, mientras caminas serenamente por el paseo cercano al parque, coronado de árboles y de gente charlatana. El mercado está abarrotado de frutas y verduras y en los puestos o paradas se afanan en vender sus productos. Pero tú ya dejaste de afanarte pues sabes que tu presencia atrae lo que precisa en este momento.
Miras el horizonte, confiada en que lo que llegará será lo adecuado para ti y gustar de saludar a la vida con nuevos aires y sin esperar mucho a cambio. Pero, eso sí, pides paz. Ya la tienes. Está pegadita a tu alma, ahora llévala a la mente. Cuando suba por el conducto hacia el corazón y llegue a la mente, estarás plenamente rodeada de serenidad y elevación. Las cosas hay que subirlas a la mente con el amor del corazón. Cuando lo hagas, nosotros seguiremos ahí, cerca de ti.
Al igual que un niño, que parece un ángel, extiende su manita y le pide cariño a su mamá, cerciorándose de que la vida le regalará todo el amor del mundo, nosotros también te enviamos el nuestro.
Tus ángeles de nacimiento, siempre a tu lado con susurros alados y besos de luz.
Para Eva.
:)
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