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martes, 9 de abril de 2013

Canalización de los guías

Haz oídos sordos a la locura del mundo, a aquellos charlatanes que tratan de conseguir tu atención como si fueran migas de pan. Ellos deben saciar su hambre emocional y espiritual por sí mismos y no a costa de los demás.

Mantente en tu centro sin juzgar las situaciones.Sigue expresándota en bendición por pequeña que ésta sea pues no importa el tamaño sino la intención que se pone en ella. 

El don de la palabra es dado a aquellos que respetan su discurso y el de los demás desde la coherencia y la honestidad, lo demás son palabras vanas que deben traspasar tus oídos. Eso no es orgullo sino respeto hacia tu ser. 

Déjate seducir por la belleza del ahora, por la inocencia y la naturalidad de las almas simpáticas que son desde siempre y han conocido lo salvaje como el aire que respiran.

Rehuye a los extraños pero que eso no te impida reconocer a los corazones de la verdad. Ser precavida te ahorrará sufrimiento pero ser cerrada te restará oportunidades para sonreír y crecer.

Llévate a casa esa aura potencial y purifícala con ejercicicios para que resplandezca en todo su esplendor. Las piedras de la Madre Tierra pueden ayudarte en este propósito. No sientas lástima de los que están sólos y ociosos sino que compadécelos y compréndelos. Llénate de energía positiva y rodéate de quien no te la reste. Llévate a la boca el bocado de convivir con almas complementarias que contribuyan a tu propósito.

Vive tu vida con el máximo grado de paz e integridad y éste te lo devolverá con creces.

Alguien te restituirá lo que otro te quitó. Bendice a los dos pues los dos te muestran parte de la verdad.

No te conformes con pedazos que no deben caer como meteoritos sobre ti y recoge sólo aquello que te haga sentir en paz.

La vida nos eleva a cada uno al lugar que le corresponde, algunos han reparado su daño, otros aún deben de hacerlo pero en ambas posiciones existe aprendizaje, vivirlo con conciencia consolida la lección y nos deja el regalo de la adaptación de las circunstancias.

No te dejes distraer por los dispersos ni por los que gritan o parlotean demasiado pues van a robar tu tiempo, tratando de imponerte su punto de mira y a no respetar tus límites ya que ni tan siquiera son conscientes de los suyos.   

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