Bienvenid@s a mi blog de canalizaciones

martes, 3 de septiembre de 2013

Canalización de los guías

Desde tiempos inmemoriables las tribus nómadas del norte hablaron con el alma de la Tierra y debatieron con ella temas de subsistencia y evolución. El alma humana se fue corrompiendo con los años y ese contacto tan íntimo con la madre naturaleza fui sustituido por la devastación de los hábitats por parte de razas humanas afanados por imponer sus criterios de dominación. 

El alma de la Tierra se fue silenciando pero continúa abierta a aquellos que desde el silencio del corazón desean seguir con ella el diálogo que nativos mantuvieron con ella de forma natural desde el inicio de los tiempos. 

El planeta nos habla a través de los bosques, de las aguas y del deshielo. Llora desde hace tiempo por el olvido al que se ha sometido el respeto por el desarrollo de la vida animal y vegetal pero sonríe gracias a aquellos que han dedicado y dedican sus vidas a la preservación de los hábitats naturales.

 Imagen registrada*

Los aborígenes hemos abogado por una convivencia en armonía con la Madre Tierra pero nos vimos expuestos y sometidos por la voracidad de hombres depredadores con los suyos y con su entorno y a ese hombre se le denominaba hombre civilizado. Los crisantemos señalaron lágrimas y desesperación y así sucedió para nuestro pueblo. Arrancado y desposeídos de las raíces que compartía con la Tierra, fue degradado y trasladado contra su voluntad. Clamamos justicia pero ya no sentimos dolor. Sin embargo, seguimos auscultando el corazón llorón de la Tierra y nos habla de devastación y muerte. Nosotros le enviamos cantos sanadores, gritos de energía, bailes entorno a la hoguera purificadora.

Un grito parte el cielo en mil estrellas de fuego que iluminan un paraje árido y devorado por el cemento y edificaciones antinaturales.

El sabor dulce de nuestro campamento de hermandad dio lugar a una amargura que hemos aprendido a sanar para no permanecer perdidos en el dolor del mundo, ese dolor que trata de ocultarse tras el velo de fondo del ego que jamás va a reconocer la magneficencia del ser, del
ser despierto: el mayor de los tesoros espirituales.

Bajo el cielo de estrellas, veneramos a nuestros antepasados y escuchamos al Consejo de Ancianos. Ellos nos hablan de leyendas e historias mágicas que dejaron su estela de luz y sabiduría en aquellos que las presenciaron. Ellos conocen el lenguaje de las estrellas y descifran sus enigmas. Los conversadores o hablantes con el cielo elevan su vista al firmamento y le abren el corazón. Entonces el cielo se deja caer sobre ellos y les abraza para ofrecerles su más puro amor. Esta comunión les arroja a un éxtasis para el que no existen palabras. Hay corrientes de energía sobre la Tierra que si se dispone de la sensibilidad para experimetarlas, se conoce el grado sublime al que el ser humano puede acceder. Estamos aquí para sentir, para descubrir quiénes somos y destapar las virtudes del ser. 

Las flores emanan su aroma cada mañana, ¿por qué tú no desprendes el tuyo, el aroma de tu alma, ese que sólo tú posees?

No hay comentarios:

Publicar un comentario