Te sientes florecer.
Irradias la frescura de tus pétalos, mientras te adormeces en una cuna
de fragancias exóticas. La primavera te abraza y te arroja su belleza y
tú la tomas
embelesada, en un suspiro de admiración. Esta estación está calando hondo
en tu ser y te recuerda tus orígenes, aquellos en que respirabas y
emanabas la pureza de la Madre Tierra. Mediante el alimento de energía
sanadora, ingieres productos naturales que engalanan
tu aspecto y lo rejuvenecen considerablemente.
Recuerdos de cuando eras
niña afloran en tu mente. Lo cierto es que la alegría y el
agradecimiento te desbordan tanto que vibras en el ser. Te enraizas en
el ahora como un árbol de flores de aroma penetrante que
atrae al caminante con el fin de anclarlo en el momento. La naturaleza
te enseñó tanto... y ahora vas a ir recibiendo, recordando esa
sabiduría que te convirtió en maestra.
Imagen registrada*
Maestra del ahora, te yergues
como las espigas, como los juncos de la laguna y te entregas
al viento, balanceánte con su movimiento suave, rítmico, entregada por
completo, rendida, sin esperar nada, tan sólo dándole la bienvenida a
este momento. Te sientes lozana y joven y bailas la danza del ahora con
tus hadas, elfos, duendes y gnomos. Las flores
y plantas aromáticas os acompañan. Seducida por sus fragancias, te
elevas en el ser y te alineas con la misión de tu alma. Independiente,
autónoma, libre, todo lo que te ataba ha caído y ya has dejado de
sucumbir a los engaños y falsas ilusiones. Los convencionalismos
ya no te convencen y los comentarios ajenos han dejado de abrumarte y
condicionarte. Simplemente eres tú, un alma libre sin perjudicar
intereses nobles y altruístas. Ya no interfieres ni te interfieren. Han
perdido ese poder. Sentirte como te sientes ahora
resulta la mayor de las bendiciones. La verdad de tu alma se impone,
lidera cada instante. El ego quedó pequeñito, como un enanito del bosque
pero tú lo tomas de la mano y lo invitas a caminar contigo, respetando
la verdad de tu alma. Pero él decide marcharse
y respetas esta decisión. Cae una parte miedosa de ti y te sientes muy
ligera, como si pudieras emprender tu vuelo de hada. Por fin, regresas y
lo haces con amor. Desde el Reino de las Hadas vas a seguir amando a la
Madre Tierra y visitando tantas otras paralelas,
enamorándote de cada una de ellas y enviándoles la magia de tu reino hadado.
Autora texto e imagen: María Jesús Verdú Sacases
Texto e imagen inscritos en el Registro de la Propiedad Intelectual
Técnica imagen: Pastel blando